El modelo y lo modelado

16 de marzo de 2015

veces olvidamos que un mapa no es un territorio. Un mapa igual al territorio no sería muy útil, como ya escribió Borges, ya que el propósito de un mapa es que represente los aspectos relevantes del territorio. De manera similar, es importante distinguir entre los modelos (nuestras descripciones de los fenómenos) y lo que modelan (los fenómenos en sí). A grandes rasgos, en filosofía, el estudio del modelo es epistemología, mientras que el estudio de lo modelado es ontología.

El mapa no es el territorio

No podemos decir que haya verdades absolutas, ya que siempre podemos tener más de una descripción (modelo) de cualquier fenómeno (modelado). Y no podemos decidir qué descripción es más adecuada independientemente de un contexto. Debido a esto, conviene más ser tolerantes a descripciones distintas a las nuestras, ya que en muchos casos no es que las descripciones “estén mal”, sino que simplemente están hechas desde una perspectiva (contexto) distinta.

Es importante tener presente la diferencia entre el modelo y lo modelado, entre epistemología y ontología, ya que si describimos un fenómeno como un “sistema complejo”, ésta será sólo una descripción. Una descripción no cambia al fenómeno, pero sí al entendimiento que tengamos de él. Una célula seguirá funcionando de la misma manera si la observamos como un sistema complejo o como un ente aislado. Entonces, la pregunta no es si un fenómeno es o no un sistema complejo, sino ¿cuándo conviene describir a un fenómeno como sistema complejo?

La elección de un modelo o una descripción depende también del propósito para el que queremos usar el modelo o la descripción. Una descripción de un fenómeno como sistema nos permite estudiar sus interacciones, pero puede ser menos clara. Podemos asumir que mientras menos incompleta sea, una descripción será más adecuada en una variedad mayor de contextos. Sin embargo, será una descripción con más información y no es seguro que esa información extra nos sea útil. Por lo tanto, debemos de buscar un balance entre cuán completa (y extensa) será una descripción y su simplicidad. Este balance determinará en parte cuán útil será la descripción. Y la utilidad de una descripción también dependerá del propósito. Por lo tanto, no podemos decir que un modelo sea verdadero o falso, sólo si es útil o no con respecto a un contexto particular.

El estudio de los sistemas complejos nos ayuda a describir a los componentes y las interacciones que le dan forma y funcionalidad a un fenómeno. Si para nuestro propósito las interacciones no son relevantes, no es necesario describir al fenómeno como sistema. Podemos llamar a esta visión “reduccionista”, la cual detallaremos en la próxima entrada. Pero ¿qué sucede cuando sí son relevantes las interacciones? Este será el tema de otra entrada más.

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