En el otoño de 2005 fuimos a la Universidad de Granada: Nadya para un semestre de intercambio, yo aprovechando para visitar el grupo de J.J. Merelo y seguir avanzando con mi tesis.

Un gran valor adicional a todo lo que aprendí durante mi doctorado fue la oportunidad de embeberme en distintos modos de vida, lo cual te transforma, en mi caso ampliando mis perspectivas.
Si tantas personas viven de manera diferente, esto implica que no hay una manera “verdadera” de vivir, sino varias. Lo mismo aplica para muchos otros temas científicos y filosóficos: hay muchas verdades que tienen que convivir.

De regreso a Bruselas, ya empezábamos a planear lo que seguiría del doctorado. Me gradué en mayo de 2007 y en junio nos mudamos a Boston para una estancia postdoctoral.
El doctorado me dió muchísimo, y tengo que agradecer principalmente a Nadya, quien me acompaño y apoyó en cada etapa. También agradezco a mi familia, profesores, compañeros, amigos y a todos los que contribuyeron a que las condiciones se dieran para esta fase crucial en mi formación como investigador.
//fin
