Cambios

Cuando mis bisabuelos dejaron Ucrania (Unión Soviética) en 1929, no sólo fue para no volver. Perdieron contacto con sus hermanos y amigos. No sólo por lo tardado de las cartas y viajes, sino también por el hermetismo de las fronteras y el creciente antisemitismo. Durante la guerra, los nazis establecieron sus cuarteles en Vinnytsia, donde nació mi abuelo. Quienes no habían emigrado para entonces, ya sea fuera de la URSS o hacia el este, probablemente no sobrevivieron.

Menos de un siglo después, vivimos en un mundo con muchísimos cambios. He vivido en 8 países y visitado otros 27. En 24 horas uno está del otro lado del planeta. Cuando vivimos en Bruselas, no se sentía que vivíamos en Bélgica, sino el Europa. Tal vez en menor medida, pero las diferencias en las Américas también las siento poco. O más bien, uno puede encontrar más diferencias dentro del mismo país que entre promedios de países.

Me considero mexicano porque crecí y he pasado la mayoría de mi vida en México, pero más humano que mexicano. Tengo genes judíos, europeos, americanos, africanos, árabes y chinos. Mi esposa es rusa, una de nuestras hijas es también estadounidense. Como consecuencia de la globalización, la mezcla de culturas, lenguajes y costumbres deja a las nacionalidades como una cuestión más política que otra cosa.

Con todos estos antecedentes, la decisión de mudarnos de país (otra vez) es mucho más fácil que para otras personas. A partir del otoño, seré Empire Innovation Professor en la Universidad de Binghamton en Nueva York.

Hubo varios factores que determinaron esta decisión. El principal fueron nuestras hijas. Considero que tendrán más oportunidades en Estados Unidos. No es que no haya problemas (tiroteos masivos, drogadicción, crimen), pero en México cada día uno se entera de niñas o mujeres que desaparecen. Si hay una oportunidad de reducir riesgos, ¿por qué no tomarla?

Otro factor importante es el estado de la ciencia en México, el cual es lamentable y no tiene perspectivas de mejora. Estoy sumamente agradecido con la UNAM por 14 años en los que pude investigar, enseñar y aprender en condiciones excelentes. Pero presupuestos reducidos y una burocracia excesiva nos dejan menos tiempo académico.

Mantendré una colaboración estrecha con colegas y estudiantes en México. Considero que podré contribuir más desde Estados Unidos que preocupándome por una creciente incertidumbre.

Este cambio no será como el de mis bisabuelos. Las distancias se acortan. Las fronteras se diluyen. Hay que darle prioridad al planeta sobre las naciones.

7 comentarios sobre “Cambios”

  1. Hijoles Carlos, me dejaste impresionado, con tu decisión y tu interesante texto, te extrañaremos, Éxito en tu siguiente capítulo de la vida!

  2. Te admiro y siempre lo haré , son mi familia extendida y se que todo será para bien y masss mejor jajaja ya pronto nos veremos jejej es una advertencia ⛔️
    Éxito siempre a la familia los quiero !

  3. APRECIABLE CARLOS… MI COMENTARIO, EL CUAL NO FUE SOLICITADO POR TI, PERO QUE ME ATREVO A EXPRESAR, ES PARA DECIRTE QUE LA INCERTIDUMBRE ES UN COMPONENTE EN LA VIDA. DE TODOS LOS SERES HUMANOS. ES EL RETO PARA CREAR MAYORES MECANISMOS DE DEFENSA SOCIAL, QUE NOS ALEJEN DE LA AMENAZA DE LO DESCONOCIDO. Y, EN EFECTO, COMO TU LO HAS EXPERIMENTADO, LA INCERTIDUMBRE NOS EMPUJA A TOMAR DECISIONES RETADORAS. CREO QUE LIBERARNOS DE LA IDENTIDAD CULTURAL NO NOS CONVIERTE EN SERES MÁS CÓSMICOS. LOS VÍNCULOS AFECTIVOS Y EL COBIJO QUE AMBOS SENTIMIENTOS PRODUCEN, TIENEN UN VALOR INTANGIBLE, SON NUTRIENTES QUE ESTIMULAN LA CAPACIDAD DE CONSIDERACIÓN Y SOLIDARIDAD CON QUIENES NOS RODEAN, ESPECIALMENTE, CON LA FAMILIA QUE NOS VIO CRECER.

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