Violencia ¿natural?

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Violencia ¿natural? Carlos Gershenson

¿Qué podemos hacer para reducir la violencia contra las mujeres? — Support this podcast: https://podcasters.spotify.com/pod/show/cgershen/support

La indignación y la pena cunden en México debido a la última ola de feminicidios. Nunca dejó de haberlos, pero por diversas circunstancias han vuelto a ser tema de discusión y consternación.

Recuerdo en mi adolescencia la incertidumbre, la impotencia y la frustración que causaban las muertas de Ciudad Juárez: seguían matándolas y parecía que nadie hacía nada. O que lo que hacían no servía de nada. Treinta años después, diría que la situación no ha cambiado mucho. Abundan expresiones de lamento, acusaciones, promesas… pero, realmente, ¿qué podemos hacer para detener la violencia contra las mujeres en nuestro país?

Empecemos por tratar de analizar las causas que llevan a un hombre a agredir, violar o asesinar a una mujer. Es difícil, ya que no hay una sola causa para una amplia variedad de circunstancias que llevan a estos desenlaces lamentables.

Pero vayamos a nuestro pasado evolutivo. Observando a otras especies, encontramos ejemplos de sistemas vivos matándose por todos lados. ¿Podríamos decir que la violencia es natural? Si se trata de sobrevivir, no importa que sea a costa de la vida de otros. Desde hace 575 milliones de años, muchos animales han depredado a otros como fuente de energía, disparando distintas tendencias evolutivas. Y si consideramos la reproducción sexual, que se remonta a tres mil millones de años, podríamos decir que estamos preprogramados para copular.

Pero estos argumentos son patrañas ñoñas de un nivel calaña eugenista nazi. La evolución no tiende a una meta, sino a una adaptación constante y balanceada. Hay ejemplos de carnívoros que dejan de matar (pandas, vegetarianos) y también de individuos que dejan de buscar su reproducción (insectos sociales, monjes). Más aún, mucho de lo que nos diferencia de la mayoría de otros animales subyace en el hecho de que no nos dejamos guiar sólo por nuestros instintos. Para eso tenemos cultura (leyes, normas, ética, moral). Desde antes de que nuestra especie evolucionara, nuestros ancestros no eran libres de matar y violar sin consecuencias, ya que grupos que podrían permitir esto no fueron tan aptos para sobrevivir. Desde la antigüedad, códigos y religiones se han encargado de guiar nuestro comportamiento, no para satisfacer nuestras necesidades, sino para asegurar la supervivencia de nuestras sociedades.

Entonces, si no le conviene a nuestra especie permitir asesinatos y violaciones, ¿por qué persisten? Muchas razones, pero creo que una de las principales es que, aunque nuestras sociedades modernas no toleran asesinatos ni violaciones, sí toleramos comportamientos que los anteceden.

Sólo un ejemplo: el consumo excesivo de alcohol. La mayoría de los ataques sexuales a muchachas y muchachos en Estados Unidos se llevan a cabo en megapedas. Y todos se consternan por las consecuencias, pero muy pocos pretenden limitar las causas. De hecho, la misma sociedad impulsa a muchos jóvenes a emborracharse hasta perder la conciencia.

El camino no es prohibir. Tratando de contribuir, va una lista no exhaustiva de qué podemos hacer para reducir la violencia contra las mujeres (por favor agreguen más puntos):

  • Educar a jóvenes y no tan jóvenes en sexualidad: en casa, en la escuela y en el trabajo. Consenso, anticonceptivos, rechazo, masturbación, ETS, pornografía, etc. Como un dato curioso, las violaciones bajaron en Dinamarca justo después de que se legalizó la pornografía. No quiere decir “pornografía para todos sin límite”, pero si hay maneras de satisfacer necesidades sexuales sin agredir a otrås, ¿por qué no aprovecharlas?
  • Regular mucho más el consumo de alcohol y otros estupefacientes. No con restricciones o impuestos, sino socialmente. ¿Qué beneficios le da a la sociedad cuando algunos de sus miembros se ponen hasta las chanclas? ¿No deberíamos de reprobar tales comportamientos nocivos, en lugar de fomentarlos?
  • Introducir hábitos más saludables en lugar de los que se pretende minimizar. No es factible acabar con las fiestas. Pero sí podemos divertirnos, bailar, coquetear, etc. sin intoxicarnos, sin desvelarnos, sin ponernos en peligro a nosotrås y a lås demás.

Hay que tener en cuenta que en todos los países hay violaciones y asesinatos. Pero el hecho de que ahora parezcan imposibles de eliminar no implica que no debamos de hacer todo por evitar todås lås que podamos.

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