Es difícil aceptar errores. En nuestra cultura, equivocarse está “mal”, y con razón: los errores cuestan. Pero si escondemos o ignoramos nuestros errores, se hunde la posibilidad de corregirlos.
En psicología, se han definido cientos de sesgos cognitivos. Estos son patrones o desviaciones de lo que uno esperaría si fuésemos totalmente racionales u objetivos. Los sesgos son parte de nuestra naturaleza humana, ya que son el resultado de “atajos” que tomamos para poder procesar información. Estos atajos funcionan en muchos casos, pero en otros, nos llevan a cometer todo tipo de errores.