No resolveremos problemas nacionales mientras los políticos prometan en sus campañas que van a resolver problemas. Porque los problemas dependen del sistema. Los políticos tendrían que prometer que van a cambiar el sistema. Y después hacerlo. Sólo entonces, tal vez, resolvamos problemas. Un sistema ideal sería aquel que pudiese asegurar que los gobiernos funcionasen de la mejor manera posible, independientemente de los políticos que resulten elegidos a todos los niveles (aunque concedo que elegir a presuntos violadores no ayuda).
No reduciremos la violencia hacia las mujeres simplemente con un cambio de gobierno. Votar no es suficiente, porque el cambio que podríamos obtener es mínimo. Tenemos que cambiar nuestra organización social. Hacia una donde las agresiones sean inhibidas, detectadas y castigadas. Si seguimos sólo con buenas intenciones, nos adentraremos más en el infierno cada vez más rápido, aprovechando la supercarretera que hemos estado construyendo, tal vez con nuestras mejores intenciones, pero con poca sabiduría.
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